1Dichosos
los de conducta intachable,
que siguen la voluntad del Señor.
que siguen la voluntad del Señor.
2Dichosos
los que guardan sus preceptos
y lo buscan de todo corazón.
y lo buscan de todo corazón.
3Que no
cometen iniquidad
y siguen
sus caminos.
4Tú mandaste
que tus decretos
se observen
exactamente.
5Ojalá estén firmes mis caminos
para cumplir tus órdenes.
6Entonces no quedaré defraudado
al fijarme en tus mandatos.
5Ojalá estén firmes mis caminos
para cumplir tus órdenes.
6Entonces no quedaré defraudado
al fijarme en tus mandatos.
7Te daré
gracias con sincero corazón
cuando aprenda tus justos mandamientos.
8He de guardar tus normas:
cuando aprenda tus justos mandamientos.
8He de guardar tus normas:
no me abandones
del todo.
9¿Cómo limpiará
un joven su senda?
-Observando tu consigna.
-Observando tu consigna.
10Te busco
de todo corazón:
no me
desvíes de tus mandatos.
11Guardo
en el corazón tu promesa
para no pecar contra ti.
12iBendito eres, Señor!,
para no pecar contra ti.
12iBendito eres, Señor!,
enséñame
tus normas.
13Mis
labios recitarán
todo lo
que manda tu boca.
14En el
camino de tus preceptos disfruto
más que con cualquier fortuna.
más que con cualquier fortuna.
15Voy a
meditar tus decretos
y a fijarme
en tus sendas.
16Tus
órdenes son mi delicia:
no me
olvido de tu palabra.
17Cuida
de tu siervo y viviré
para
cumplir tu palabra.
18Despeja mis ojos y contemplaré
las maravillas de tu ley.
18Despeja mis ojos y contemplaré
las maravillas de tu ley.
19Soy peregrino
en la tierra:
no me
ocultes tus mandatos.
20Mi aliento
se consume deseando
continuamente tus mandamientos.
21Has increpado a los arrogantes:
continuamente tus mandamientos.
21Has increpado a los arrogantes:
¡malditos
los que se desvían de tus mandatos!
22Retira de mí afrenta y desprecio,
22Retira de mí afrenta y desprecio,
porque
guardo tus preceptos.
23Aunque
unos nobles se sienten a criticarme,
tu siervo medita tus órdenes.
tu siervo medita tus órdenes.
24También
tus preceptos son mi delicia,
son mis
consejeros.
25Mi aliento
está pegado al polvo:
da me vida por tu palabra.
da me vida por tu palabra.
26Te conté
mis andanzas y me respondiste:
en sé ñame tus estatutos.
en sé ñame tus estatutos.
27Instrúyeme
en la dirección de tus decretos,
y meditaré tus maravillas.
y meditaré tus maravillas.
28Mi aliento
desfallece de pena:
confórtame
con tu palabra.
29 Aparta
de mí el camino falso
y dame
la gracia de tu voluntad.
30He escogido el camino seguro
disponiendo tus mandamientos.
31Me adhiero a tus preceptos, Señor,
no me defraudes.
30He escogido el camino seguro
disponiendo tus mandamientos.
31Me adhiero a tus preceptos, Señor,
no me defraudes.
32Por el
camino de tus mandatos correré
cuando me ensanches el corazón.
cuando me ensanches el corazón.
33Enséñame,
Señor, el camino de tus estatutos
y lo seguiré puntualmente.
y lo seguiré puntualmente.
34Enséñame
a cumplir tu voluntad
y a observarla
de todo corazón.
35Encamíname por la senda de tus mandatos,
porque la quiero.
35Encamíname por la senda de tus mandatos,
porque la quiero.
36Inclina
mi corazón a tus preceptos
y no al lucro.
y no al lucro.
37 Aparta
mis ojos de miradas vacías,
en tu camino dame vida.
38Cumple a tu siervo la promesa
en tu camino dame vida.
38Cumple a tu siervo la promesa
que hiciste
a tus fieles.
39 Apártame
la afrenta que temo;
tus mandamientos son buenos.
40Mira cómo ansío tus decretos;
con tu justicia dame vida.
tus mandamientos son buenos.
40Mira cómo ansío tus decretos;
con tu justicia dame vida.
41Y que
me llegue tu misericordia, Señor,
tu salvación, según tu promesa,
tu salvación, según tu promesa,
42y podré
responder al que me ultraja
que confío
en tu palabra.
43No apartes
de mi boca la palabra auténtica;
que espero en tus mandamientos.
44Quiero cumplir continuamente tu voluntad,
por siempre jamás.
que espero en tus mandamientos.
44Quiero cumplir continuamente tu voluntad,
por siempre jamás.
45Y seguiré
un camino ancho
porque busco tus decretos.
porque busco tus decretos.
46Y hablaré
de tus preceptos ante reyes
sin sentir vergüenza.
sin sentir vergüenza.
47y serán
mi delicia tus mandatos
que tanto amo.
que tanto amo.
48y alzaré
las palmas hacia ti
y meditaré tus normas.
y meditaré tus normas.
49Recuerda
la palabra que diste a tu siervo,
de la que hiciste mi esperanza.
de la que hiciste mi esperanza.
50Éste
es mi consuelo en la aflicción:
que tu promesa me da vida.
que tu promesa me da vida.
51Unos insolentes
me insultan gravemente:
yo no me aparto de tu voluntad.
52Recordando tus antiguos mandamientos,
Señor, quedé consolado.
yo no me aparto de tu voluntad.
52Recordando tus antiguos mandamientos,
Señor, quedé consolado.
53Me domina
la indignación por los malvados
que abandonan tu ley.
que abandonan tu ley.
54Tus normas
eran mi música
en casa
extranjera.
55De noche
pronuncio tu nombre, Señor,
y velando, tu voluntad.
y velando, tu voluntad.
56Ésta ha
sido mi tarea:
he
observado tus decretos.
57Mi porción
es el Señor. He resuelto
observar tus consignas.
observar tus consignas.
58Te aplaco
de todo corazón;
apiádate de mí según tu promesa.
59He calculado mi camino
apiádate de mí según tu promesa.
59He calculado mi camino
para volver
mis pasos a tus preceptos.
60Me di prisa, no di largas,
60Me di prisa, no di largas,
para
observar tus mandatos.
61Los lazos
de los malvados me envolvían;
no olvidé tu ley.
no olvidé tu ley.
62A media
noche me levanto para darte gracias
por tus justos mandamientos.
por tus justos mandamientos.
63Me junto
con todos tus fieles
que guardan
tus decretos.
64De tu
bondad, Señor, está llena la tierra:
enséñame tus normas.
enséñame tus normas.
65Trataste
bien a tu siervo,
Señor,
según tu palabra.
66Enséñame a discernir y entender,
porque me fío de tus mandatos.
66Enséñame a discernir y entender,
porque me fío de tus mandatos.
67 Antes
del escarmiento yo no lo advertía,
pero ahora cumplo tu instrucción.
68Bueno eres tú y haces el bien:
pero ahora cumplo tu instrucción.
68Bueno eres tú y haces el bien:
enséñame
tus normas.
69Me embadurnan
de calumnias unos insolentes;
yo guardo de todo corazón tus decretos.
yo guardo de todo corazón tus decretos.
70Su corazón
es espeso como grasa;
yo me deleito
en tu voluntad.
71Bien
me estuvo el escarmiento:
así aprendí
tus órdenes.
72Más
vale para mí la ley de tu boca
que mil monedas de oro y plata.
que mil monedas de oro y plata.
73Tus
manos me hicieron y me afirmaron:
instrúyeme para que aprenda tus mandatos.
74Tus fieles verán con alegría
instrúyeme para que aprenda tus mandatos.
74Tus fieles verán con alegría
que he
esperado en tu palabra.
75Reconozco, Señor,
75Reconozco, Señor,
que tus
mandamientos son justos,
que con razón me afligiste.
que con razón me afligiste.
76Sea tu
misericordia mi consuelo
como lo prometiste a tu siervo.
como lo prometiste a tu siervo.
77Que me
alcance tu compasión, y viviré,
porque tu leyes mi delicia.
porque tu leyes mi delicia.
78Que fracasen
los insolentes
cuando
me desprestigian con mentiras;
yo meditaré tus decretos.
yo meditaré tus decretos.
79Vuelvan
a mí tus fieles
que hacen
caso de tus preceptos.
80Que mi
corazón se perfeccione con tus normas,
y así no fracasaré.
y así no fracasaré.
81Mi aliento
se consume por tu salvación,
espero en tu palabra.
espero en tu palabra.
82Mis ojos
se consumen por tu promesa:
¿cuándo me consolarás?
¿cuándo me consolarás?
83Cuando
estaba como un odre ahumado,
no olvidaba tus normas.
no olvidaba tus normas.
84¿Cuántos
años le quedan a tu siervo?,
¿cuándo
me harás justicia de mis perseguidores?
85Me cavan fosas unos insolentes
85Me cavan fosas unos insolentes
que no
se ajustan a tu ley.
86Todos
tus mandatos son legítimos;
sin razón
me persiguen, socórreme.
87Casi
acabaron conmigo en la tumba,
pero yo
no abandoné tus decretos.
88Según
tu misericordia dame vida
y guardaré
la instrucción de tu boca.
89Tu palabra,
Señor, en el cielo
está firme por siempre.
está firme por siempre.
90De generación
en generación tu fidelidad:
afirmaste la tierra y permanece.
afirmaste la tierra y permanece.
91Por
tu disposición permanecen hasta hoy;
el universo está a tu servicio.
el universo está a tu servicio.
92Si tu
voluntad no fuera mi delicia,
habría perecido
en mi aflicción.
93Jamás
olvidaré tus decretos,
pues con ellos me diste vida.
94Tuyo soy, sálvame,
pues con ellos me diste vida.
94Tuyo soy, sálvame,
que yo
consulto tus decretos.
95Los
malvados me acechaban para perderme,
yo meditaba tus preceptos.
yo meditaba tus preceptos.
96He
visto el término de todo lo acabado;
tu mandato se dilata sin término.
tu mandato se dilata sin término.
97iCómo
amo tu voluntad!,
todo el
día la estoy meditando.
98Tus mandatos me hacen más hábil
que mis enemigos,
98Tus mandatos me hacen más hábil
que mis enemigos,
siempre
van conmigo.
99Soy
más docto que todos mis maestros,
porque medito tus preceptos.
porque medito tus preceptos.
100Soy más
sagaz que los ancianos
porque observo tus decretos.
porque observo tus decretos.
101Cohíbo
mis pies de todo mal camino,
para observar tu palabra.
para observar tu palabra.
102No me
aparto de tus mandamientos
porque tú me has instruido.
porque tú me has instruido.
I03iQué
dulce es tu promesa al paladar!
más que miel a la boca.
más que miel a la boca.
I04Reflexiono
sobre tus decretos,
por eso
detesto toda senda falsa.
105Tu palabra es lámpara para mis pasos,
luz en mi senda.
105Tu palabra es lámpara para mis pasos,
luz en mi senda.
106He
jurado y lo cumpliré;
observar
tus justos mandamientos.
107Me siento
gravemente afligido:
dame vida,
Señor, por tu palabra.
108Acepta,
Señor, mi oferta generosa
y enséñame tus mandamientos.
y enséñame tus mandamientos.
109Continuamente
arriesgo la vida,
pero no olvido tu voluntad.
110Los malvados me ponen trampas:
yo no me desvío de tus decretos.
pero no olvido tu voluntad.
110Los malvados me ponen trampas:
yo no me desvío de tus decretos.
111Tus
preceptos son mi herencia perpetua,
son el gozo de mi corazón.
son el gozo de mi corazón.
112Incliné
mi corazón a cumplir tus normas
siempre y cabalmente.
siempre y cabalmente.
113Detesto
a los que se han desgajado
y amo tu voluntad.
y amo tu voluntad.
114Tú
eres mi refugio y mi escudo:
en tu palabra espero.
en tu palabra espero.
115
Apartaos, perversos, de mí,
y guardaré
los mandatos de mi Dios.
116Sosténme con tu promesa y viviré,
no dejes frustrarse mi esperanza.
117Dame apoyo y estaré a salvo
116Sosténme con tu promesa y viviré,
no dejes frustrarse mi esperanza.
117Dame apoyo y estaré a salvo
y me fijaré
continuamente en tus normas.
118A los que se desvían de tus normas los tasas
como mentira y engaño.
118A los que se desvían de tus normas los tasas
como mentira y engaño.
119Valoras
como escoria a los malvados,
por eso amo tus preceptos.
por eso amo tus preceptos.
120Se
me erizan los pelos con tu terror
y me asustan tus mandamientos.
y me asustan tus mandamientos.
121Practico
la justicia y el derecho:
no me entregues a mis opresores.
no me entregues a mis opresores.
122Sal
fiador por tu siervo
para
que no me opriman los insolentes.
123Se
me consumen los ojos por tu salvación,
por tu promesa de justicia.
por tu promesa de justicia.
124Trata
a tu siervo con misericordia
y enséñame
tus normas.
125Soy
tu siervo, instrúyeme,
y
comprenderé tus preceptos.
126Es hora de actuar, Señor,
126Es hora de actuar, Señor,
han
quebrantado tu ley.
127Por
eso amo tus mandatos
más que el oro más puro.
más que el oro más puro.
128Por eso
sigo derecho tus normas
y detesto toda senda engañosa.
y detesto toda senda engañosa.
129Admirables
son tus preceptos:
por eso los observa mi alma.
por eso los observa mi alma.
130La
explicación de tu palabra ilumina,
instruye a los inexpertos.
instruye a los inexpertos.
131Abro
bien la boca para respirar
con
ansia de tus mandatos.
132Vuélvete a mí con piedad,
132Vuélvete a mí con piedad,
como
sueles con los que aman tu nombre.
133Afirma mis pasos con tu promesa,
133Afirma mis pasos con tu promesa,
no me
entregues en poder de maldad alguna.
134Líbrame
de la opresión humana,
y guardaré tus decretos.
y guardaré tus decretos.
135Muestra
a tu siervo tu rostro radiante,
enséñame tus normas.
enséñame tus normas.
136Arroyos
descienden de mis ojos
por los
que no guardan tu ley.
137Justo
eres tú, Señor,
recto es tu mandamiento.
recto es tu mandamiento.
138has
prescrito preceptos justos,
sumamente estables.
sumamente estables.
139Me
consumo de celo
porque
mis enemigos olvidan tus palabras.
140Tu promesa es acrisolada
140Tu promesa es acrisolada
y tu
siervo la ama.
141Soy
pequeño y despreciado,
pero no olvido tus decretos.
142Tu justicia es justa por siempre,
tu voluntad es auténtica.
pero no olvido tus decretos.
142Tu justicia es justa por siempre,
tu voluntad es auténtica.
143Me asaltan
angustia y aprieto;
tus mandatos son mi delicia.
tus mandatos son mi delicia.
144Tus
preceptos son justos por siempre;
instrúyeme y viviré.
instrúyeme y viviré.
145Clamo
de todo corazón, respóndeme, Señor,
guardaré tus normas.
guardaré tus normas.
146Te
llamo, sálvame,
y
observaré tus preceptos.
147Me
adelanto a la aurora y pido auxilio
aguardando tus palabras.
aguardando tus palabras.
148Mis
ojos se adelantan a las velas
meditando tu promesa.
meditando tu promesa.
149Escucha
mi voz por tu misericordia,
dame vida, Señor, como es tu norma.
150Se acercan los que persiguen infamias
y de tu ley se alejan.
dame vida, Señor, como es tu norma.
150Se acercan los que persiguen infamias
y de tu ley se alejan.
151Cerca
estás tú, Señor
y todos
tus mandatos son auténticos.
152Hace tiempo comprendí que has establecido
tus preceptos para siempre.
152Hace tiempo comprendí que has establecido
tus preceptos para siempre.
153Mira
mi aflicción y líbrame,
pues no olvido tu voluntad.
pues no olvido tu voluntad.
154Defiende
mi causa y rescátame,
tu promesa dame vida.
tu promesa dame vida.
155Lejos
queda de los malvados la salvación,
pues no consultan tus normas.
pues no consultan tus normas.
156Grande
es tu compasión, Señor,
dame
vida según tu norma.
157Muchos
son los enemigos que me persiguen,
yo no me aparto de tus preceptos.
yo no me aparto de tus preceptos.
158Viendo
a los renegados sentía asco,
porque no observan tus instrucciones.
159Mira cómo amo tus decretos;
porque no observan tus instrucciones.
159Mira cómo amo tus decretos;
Señor,
por tu misericordia dame vida.
160EI
compendio de tu palabra es la verdad,
es eterno tu justo mandamiento.
es eterno tu justo mandamiento.
161Unos
príncipes me persiguen sin motivo;
mi corazón tiembla por tus palabras.
162yo me alegro de tu promesa,
mi corazón tiembla por tus palabras.
162yo me alegro de tu promesa,
como el
que encuentra rico botín.
163Detesto y aborrezco la mentira,
163Detesto y aborrezco la mentira,
amo tu
voluntad.
164Siete
veces al día te alabo
por tus
justos mandamientos.
165Mucha paz tienen los que aman tu ley,
nada los hace tropezar.
165Mucha paz tienen los que aman tu ley,
nada los hace tropezar.
166Aguardo
tu salvación, Señor,
y cumplo tus mandatos.
y cumplo tus mandatos.
167Mi
alma guarda tus preceptos,
los ama
intensamente.
168Guardo
tus preceptos y decretos,
tienes presentes todos mis caminos.
tienes presentes todos mis caminos.
169L1egue
mi clamor a tu presencia, Señor,
instrúyeme con tu palabra.
instrúyeme con tu palabra.
170Que
mi súplica llegue a tu presencia:
líbrame según tu promesa.
líbrame según tu promesa.
171De
mis labios brota la alabanza,
porque me enseñaste tus normas.
porque me enseñaste tus normas.
172Entona
mi lengua tu promesa
porque
todos tus mandatos son legítimos.
173Que tu mano me auxilie,
173Que tu mano me auxilie,
pues
escojo tus decretos.
174Ansío
tu salvación, Señor,
tu
voluntad es mi delicia.
175Viva
mi alma para alabarte;
tu
mandamiento me auxiliará.
176Me
extravié como oveja descarriada:
busca a
tu siervo, que no olvida tus mandatos.
Salmo
alfabético. El
salmo más breve del salterio y el más largo están separados por la pared del 118:
dos versos frente a 176. ¿Cuál abarca más? ¿El que se dirige a todas las
naciones y canta una fidelidad eterna o el que repite 176 veces su devoción a
la ley? El autor de los Sal 111 y 112 demostró su habilidad comprimiendo el
alfabeto en once versos. El triunfo de la brevedad. El autor del 119 quiere
demostrar su habilidad dedicando a cada letra del alfabeto ocho versos seguidos.
El triunfo de la longitud.
El
resultado literario tiene algo de ristra, y para llenar sus porciones, el autor
está dispuesto a meter cualquier cosa que se relacione con su tema: la ley.
Empieza con bienaventuranza, tiene reflexión con petición, exhorta, propone un
programa, alaba y da gracias. Inútil buscar en este producto un género riguroso
o coherente. Porque aquí manda el alfabeto.
Para
cumplir su cometido toma ocho sinónimos de ley y algunos de repuesto. Los ocho sinónimos
no están diferenciados, son intercambiables. La función nemotécnica del procedimiento
es dudosa, dada la extensión. La pericia artesana demostrada es más bien modesta.
Muchas veces tiene que recurrir a soluciones pobres, a repetir la misma palabra
o raíz. Quizá actúe, aunque sea en penumbra, cierta fascinación por la palabra
escrita: con sólo 22 letras, con economía de sonidos o timbres "temperados",
uno puede comunicar todo o casi todo. Es posible que el autor o los autores hayan
gozado sintiendo la maravilla de su juguete lingüístico. Indudablemente, la
operación tiene bastante de juego.
Devoción
a la ley. Para
comprender tal actitud conviene considerar algunos factores. En primer lugar,
la palabra hebrea tora abarca más que nuestro vocablo "ley". Por
la etimología la palabra sugiere el apuntar, disparar, acertar. Es orientación,
directiva, instrucción, norma; también ley en sentido estricto. Remontándonos
al autor, el "legislador", la leyes voluntad de Dios articulada en
palabra para ordenar al hombre y la sociedad. Del presente salmo pueden
arrancar dos corrientes espirituales: una equivocada, que absolutiza la ley,
aun sometiendo a Dios a ella, haciendo de su observancia el ideal humano; otra acertada,
que busca realizar en concreto la voluntad de Dios, formulada o por formular y
aplicar. Pensemos que los sentimientos del autor respecto a la ley son los de Jr
31,33 Y Sal 40,9.
Relación
del orante con Dios. En un salmo tan largo no hay diálogo: Dios no toma la palabra. Es un
personaje en labios del orante, en segunda o tercera persona. La
relación tiene algo de mutuo condicionamiento, según el siguiente esquema: a)
la conducta del hombre es o será consecuencia de una acción divina (p. ej. 18.27.33.77.102);
b) la conducta de Dios es consecuencia de la conducta humana (p. ej. 31.121.159)
El orante no se cansa de confesar su honradez, de alegar méritos, mientras
señala con el dedo la conducta de otros, malvados. El salmo da para todo. Sin
más orden que el alfabeto y en un chorro de frases breves, el orante va descargando
en el salmo parte de su vida espiritual, mezclada a muchos motivos tradicionales
o convencionales.
Apropiación.
Quizá se nos
haga difícil por la longitud y la monotonía. Propongo algunos recursos. a)
Acompasar el rezo con la respiración (según uno de los métodos ignacianos): así
se acompasan el ritmo biológico de nuestra respiración y el espiritual de nuestra
oración. b) Dividir el salmo en estrofas repartidas en varios días y ocasiones.
c) Fórmula contemplativa: mientras los labios van pronunciando las palabras, la
mente se concentra en una visión unitaria y simple; el afecto se prolonga, la
voluntad se consolida. d) Desgajar del salmo frases breves, a modo de jaculatorias,
en traducción rigurosa o adaptada al contexto cristiano. No comentaré cada
verso, sino aspectos escogidos de cada estrofa.
119,1-8
La primera estrofa es programática. Abre el salmo con una bienaventuranza (Sal
1; 32) Y lo coloca entero en la esfera de la verdadera felicidad; la
consecuencia llega en el v. 6: "no fracasar" equivale a tener éxito.
Se
dirige a Dios en segunda persona (4) y desea "buscarlo" (2), afirmando
desde el comienzo la relación personal con Dios. Es Dios quien "ha mandado"
la ley; el hombre la cumple "de corazón", para recorrer el "camino"
de la vida.
119,9-16
Juntando los versos 1 0.11.13. 14, obtenemos la serie "corazón, labios, camino
= conducta", como nuestro de pensamiento, palabra y obra. Los versos 14 y
16 expresan el gozo: el orante no siente la ley como traba o peso.
119,17
-24 Disminuyen los enunciados y se adensa la súplica. El orante es "siervo":
súbdito de un señor, vasallo de un soberano. Asoma un grupo hostil, que turba
la placidez monótona: son "arrogantes", "nobles" o autoridades,
que "murmuran" contra el orante cubriéndolo de "ultrajes" y
desprecios. La expresión corriente "no me ocultes tu rostro" se
convierte en "no me ocultes tus mandamientos". Al final los "decretos"
se personifican para actuar como consejeros: carácter no coercitivo de la ley
25-32.
119,25-32
"Pegado al polvo" es estar a la muerte (Sal 44,26); el Señor lo hará "revivir".
Dt suele decir "pegado I adherido a Dios"; aquí se adhiere a
los preceptos. Contar a Dios nuestras andanzas o "caminos" es una bella
forma de oración: Dios tiene paciencia para escuchar. "Confórtame": otra
función atractiva de la ley.
119,33-40
Al llegar a la letra H, el autor recurre a formas verbales en hifil, factitivas.
Así resulta que no es el hombre quien comprende, sino Dios quien le hace
comprender. El sustantivo lora (que traducimos por ley) se transforma en
"instrúyeme"; el caminar en "encamíname", inclinarse en "inclinar",
apartarse en
"apartar". El hombre suplica, Dios actúa. Sobresale quizá el "inclinar
el corazón", contrarrestando las malas inclinaciones del hombre.
119,41-48
En esta estrofa es el orante quien actúa y propone. Juntando 45 con 32, obtenemos
el programa de la "anchura": el corazón se ensancha al correr por el
camino, el camino se ensancha al consultar los decretos. Acceso y valentía para
interpelar a reyes solía ser prerrogativa de profetas; el especialista de la
ley reclama para sí dicho privilegio.
119,49-56
Recordar es actividad esencial de la piedad israelítica: hace actual, contemporáneo
el pasado. Se recuerda una persona "pronunciando su nombre" (54). También
el Señor debe recordar (49) o tener presente. Las "normas" recitadas
de buena voluntad suenan como "música": recuérdese el Salmo 101; Y es
música que se puede ejecutar en el destierro (cfr. Sal 137). También aquí asoman
"insolentes y malvados". "Velando medito en ti", decía el
Sal 63,7; aquí medita en la ley (Sal 1).
119,57
-64 La "porción" corresponde al reparto de la tierra, de la cual los
levitas no reciben parte, porque su lote es el Señor: Nm 18,20; Dt 10,9; el
orante habla como un levita: Sal 16,5. "Aplacar" es, a la letra, acariciar
el rostro: es acto ritual o de intercesión y tiene por objeto alguna culpa
cometida. "Volver" parece sugerir un desvío previo. La frase del v. 62
fue tomada a la letra para inspirar o justificar la práctica litúrgica o
ascética de interrumpir el sueño para alabar a Dios. El comienzo del v. 64 es
cita del Sal 33,5.
119,65-72
Con cuatro menciones de "bueno" puede componer un tratado de bienes. Dios
es bueno y benéfico, buena es la instrucción de Dios y también la aflicción por
la que aprendo. El "gusto" es metáfora de discreción o discernimiento:
ls 7,15s; Sal 34,9. El pecado por "inadvertencia" (Sal 19,12s) se
cura con un escarmiento leve. En 69-70 leemos dos de las pocas imágenes del salmo:
dedicadas a enemigos malvados. El último verso adopta la forma clásica de
refrán "más vale": compárese con Prov 3,15; 8, 10.19.
119,73-80
Se contraponen unos "fieles", que reverencian al Señor, y unos
insolentes, que calumnian al orante; ellos fracasarán, éste no. De Dios se fija
en aspectos complementarios: lo primero es la creación o "hechura" del
hombre (Job 10,8); después es Dios maestro que enseña; ha de mostrar su "misericordia
y compasión".
119,81-88
La presencia y acción de los enemigos se adensa en esta estrofa: persiguen, ponen
trampas y casi logran su empeño. Este tema desplaza la estrofa hacia la
súplica. La letra K introduce la idea de totalidad y acabamiento. El "odre ahumado", renegrido y arrugado prepara la pregunta "¿cuántos años ... ?" (Sal 39,5). La edad se alía con el enemigo, explica el "consumirse" de aliento y ojos ..
súplica. La letra K introduce la idea de totalidad y acabamiento. El "odre ahumado", renegrido y arrugado prepara la pregunta "¿cuántos años ... ?" (Sal 39,5). La edad se alía con el enemigo, explica el "consumirse" de aliento y ojos ..
119,89-96
El tema de la perpetuidad atrae motivos cósmicos de creación: duración celeste,
estabilidad de la tierra. En contraste entra la condición caduca del ombre:
perece por el sufrimiento, por la persecución del enemigo. Necesita que Dios lo
salve y le dé, mantenga la vida. La "palabra" de Dios aparece "plantada"
en el cielo, donde cobra su firmeza y seguridad (cfr. Sal 89,3). Como en
castellano, la palabra hebrea "acabado" contiene una sugerente
ambivalencia. Es lo llevado a cabo, perfecto, y es lo que se acaba. Perfil y forma
son perfección desde dentro, límite desde fuera. Sólo el mandato de Dios se
dilata inmensamente.
119,97
-104 El orante se siente satisfecho y se compara con otros: "enemigos, maestros
y ancianos". El arte está en combinar meditación con observancia para
adquirir un saber teórico y práctico. Se puede entreoír una polémica entre ley y
sabiduría, rebajando la segunda a favor de la primera. "Amar" la ley;
Dt 6,5
inculca amar al Señor. La comparación de la miel parece inspirada en Sal 19,11.
119,105-112
"El
consejo es lámpara". dice Prov 6,23; el salmo contrasta la espiritualidad legal
con la sapiencial. Oferta o voto "generoso" es algo de
supererogación, por encima de lo requerido, o sea, que desborda la ley. Unido al
"aceptar' de Dios pertenece al lenguaje cúltico. "Arriesgo la vida"
es a la letra "mi alma en mi palma". El riesgo concuerda con la "grave
aflicción" y las ''trampas'' del enemigo; la decisión generosa entraña un
riesgo, del que se libra gracias a la ley. "Herencia": algo que se recibe,
se posee, se lega.
119,113-120
Los "desgajados"
parecen ser apóstatas; ¿o tribus íntegras separadas del tronco? Tribu se dice
en hebreo "rama / ramo". Oponiendo "amor a odio", opone
esos "desgajados" a la "ley". Dios mismo "sostiene"
la vida: es su acción de conservar la existencia de cada ser. "Tasar"
es operación comercial: Dios hace la evaluación de tales hombres y encuentra
falsas sus tramas, como "escoria". "Erizarse los pelos" (cfr.
Job 4,15), horripilarse no parece concordar con declaraciones precedentes de
gozo y deleite; juntando ambos se expresa la polaridad de la vida espiritual.
119,121-128.
"Ser fiador'
pertenece al lenguaje comercial. Gente sin escrúpulos intenta aprovecharse del orante,
el cual necesita alguien que salga fiador por él. Si el
hombre debe ser cauto en dar fianza (Prov 6,1-5), Dios puede hacerlo sin peligro.
Los "ojos se consumen" oteando, vigilando. El amo debe dar
instrucciones al "siervo". "Senda engañosa": cfr. Prov 16,25.
119,129-136
"Admirables"
o maravillosos, desbordan la comprensión del hombre, pero puede ponerlos en
práctica. La Ley ilumina (Sal 19,9.12) y también Dios cuando muestra "su rostro
radiante". No llora sus pecados, sino los ajenos: ¿es un llanto penitencial
vicario?, ¿llora por celo de la ley, de compasión por los desgraciados? Los
preceptos son como un aire que se "aspira" ansiosamente.
119,137-144.
La letra tsade impone el tema de la justicia: justo es el Señor, el mandato,
la justicia, los decretos. La palabra "acendrada", acrisolada recuerda
el Sal 12,
que comenta el tema. "Pequeño" puede tener sentido social, o metáfora
de la pequeñez humana ante Dios.
119,145-152
La letra Q induce
el "llamar" y la voz, y da a la estrofa carácter de súplica; en su esfera
entra el verbo "adelantarse". Es llamativa la antítesis "cerca /
lejos" (cfr. Sal 22). Los malvados están "cerca" del perseguido,
"lejos" de la ley; pero también Dios está cerca.
119,153-160
Lo que Dios ha
de ver es la aflicción del orante, pero también su amor a la ley: necesidad y
mérito. Lo que el orante ve es la deslealtad de quienes no observan la ley. La "defensa
de la causa" está inspirada en Sal 35,1; 43,1. La "salvación está lejos":
lo contrario en Is 56,1. Re-capit-ulación es encabeza-miento o título que define
el tema, o colofón que lo resume, o principio del que todo fluye. Lo refiere a
la "palabra" de Dios.
119,161-168
La declaración del v. 164, tomada a la letra, inspiró prácticas de rezo: siete
veces al día; superponiendo al ritmo biológico un ritmo espiritual, devocional.
Frente a la palabra de Dios siente el orante temor y gozo, en una extraña
polaridad. El "amor" es la fuente de la observancia. Una "paz"
sin "tropiezos" es el premio de tal amor.
119,168-176
La última
estrofa tiene algo de recapitulación, no mucho: clamor y súplica y alabanza. Pide
a Dios: enseñanza, liberación, salvación, auxilio, vida; todo ello vinculado a
la observancia de la ley. El último verso es inesperado. Trae el tema, ya tratado,
del camino y evoca la conocida imagen pastoril. Ahora bien, después de tantas
protestas de observancia y amor y celo y cumplimiento, ¿cómo es que se siente
"oveja extraviada" que el Señor debe "buscar" y encaminar?
Con un acto de súplica humilde concluye el orante su largo salmo y, al proseguir
su camino, lo acompaña el recuerdo: "no olvido tus mandatos".
Conclusión.
Al terminar
fatigosamente los 176 versos del salmo, uno podría pensar que ha leído una
síntesis de teología bíblica: nada de eso. Sería enorme la lista de cosas importantes
que no han tenido cabida en el salmo, y no por falta de sitio. Recordemos algunas.
El
título de Dios "santo", relativamente frecuente en el salterio; el
templo o santuario con los sacrificios y el culto. Dios no aparece como rey y
no hay rey humano. No se pronuncian el verbo crear ni su equivalente modelar
(sólo hacer). La historia entera ha desaparecido: ni siquiera la salida de
Egipto merece una mención. Un verbo tan frecuente como salir, sacar, no se
pronuncia. La ley de Israel estaba firmemente anclada en la alianza y ligada a
los relatos del Sinaí: el autor no se acuerda de ellos. Nada se escucha del cuidado
debido a pobres y débiles.
Son
temas tan corrientes, tan queridos y tratados, que su ausencia del salmo suena
a exclusión deliberada del autor. Lo ha eliminado casi todo para quedarse a
solas con su amada ley.
Trasposición
cristiana.
Muchos
títulos, símbolos o privilegios atribuidos en el judaísmo a la tora son
atribuidos en el NT a Jesucristo: luz, agua de la roca, camino, etc. Por tanto,
donde leemos ley o mandato podemos pensar en Jesús como Mesías. Como los
relatos del Pentateuco son también tora, así y mucho más lo es la vida
de Cristo. La
lectura se facilita usando la clave del "camino". Jesús se lo apropia
como norma de conducta y vía de acceso al Padre, al cual añade los de verdad y
vida, también presentes en el salmo. Con su conducta y enseñanza nos enseña
"el camino auténtico de la vida".
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