domingo, 29 de abril de 2012

SALMO 115 (114).


1iNo a nosotros, Señor, no a nosotros!
Hazle honor a tu nombre,
por tu lealtad y tu fidelidad.
2¿Por qué han de decir los paganos:
Dónde está su Dios?
3-Nuestro Dios está en los cielos
e hizo cuanto quiso.
4Sus ídolos son plata y oro,
hechura de manos humanas:
5Tienen boca y no hablan,
tienen ojos y no ven,
6tienen orejas y no oyen,
tienen nariz y no huelen,
7tienen manos y no tocan,
tienen pies y no andan,
no tiene voz su garganta.
8Sean como ellos los que los fabrican
y cuantos confían en ellos.

9Israel, confía en el Señor:
él es su auxilio y escudo.
10Casa de Aarón, confía en el Señor:
él es su auxilio y escudo.
11Fieles del Señor, confiad en el Señor:
él es su auxilio y escudo.
12EI Señor se acuerda y nos bendice:
Bendiga a la Casa de Israel,
bendiga a la Casa de Aarón,
l3bendiga a los fieles del Señor,
pequeños y grandes.
14Que el Señor os acreciente
a vosotros y a vuestros hijos;
15Benditos seáis del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
16EI cielo pertenece al Señor,
la tierra se la ha dado a los hombres.
17Los muertos ya no alaban al Señor
ni los que bajan al silencio.
18pero nosotros bendeciremos al Señor
ahora y por siempre. Aleluya.

115 Género y situación. Es un himno especial. En la alabanza se expresa la fe. De la alabanza se pasa suavemente a la acción de gracias, la fe desliza suavemente a la confianza, y ésta solicita la bendición divina. Esta variedad de elementos inducen a considerar el salmo como texto de una acción litúrgica que unifica contextualmente sus elementos. No podemos precisar más.
Una serie de indicios convergentes muestran que la situación es el destierro. El autor arranca del primer mandamiento completado con el segundo; añade el recuerdo de Dios creador, según Gn 1.
Primer mandamiento e idolatría. En Babilonia los judíos no tienen templo ni santuarios locales. No poseen imágenes de su Dios, pues les están prohibidas. En contraste, el panteón babilonio es nutrido, las divinidades cuentan con santuarios locales, y sus estatuas son veneradas con solemnidad. Los babilonios, mezclando curiosidad con burla, preguntan a los judíos dónde está su dios. La aparente ausencia les sirve a los judíos de trampolín para remontarse a lo más alto y lanzar desde allí su respuesta ad hominem: Nuestro Dios está en el cielo y ha hecho cielo y tierra; vuestros dioses están en la tierra, y los han hecho los hombres. El nuestro tiene querer y poder, los vuestros son inertes. La polémica es popular y superficial, se agota en la burla. Las implicaciones son más ricas. Primera, la necesidad o costumbre humana de percibir para reconocer la presencia: casi una estructura sacramental. Segunda, la tendencia del homo faber a fabricar imágenes, también de dioses.
El Dios creador. En este punto no polemiza con las concepciones paganas, sino que toma sus datos del Génesis: creación de cielo y tierra, con el verbo "hacer" (15); bendición de la fecundidad (12.14), dominio de la tierra (16).
Composición y estilo. Tras breve introducción (1), se desarrolla la polémica contra los ídolos (2-8); sigue la triple profesión de confianza (9-11) Y la correspondiente bendición divina (12-14), ampliada con el recuerdo de la creación (15-16); concluye con el silencio de los muertos y la bendición de los vivos (17-18). El estilo se distingue por las repeticiones en serie: son de más efecto si se recitan coral mente.
115,1 "Haz honor" o "da gloria". Ni otros dioses (Sal 29,1), ni familias de pueblos (Sal 96,7), ni el presidente con su asamblea, sino Dios mismo se ha de glorificar: mostrando en acción sus cualidades. Compárese con Is 42,8; 48,11.
115,2 La misma pregunta, de extranjeros o enemigos, en Sal 42,4.11; 79,10.
115,3 La fórmula expresa el poder incontrastado o supremo: 1 Re 9,1; Is 46,10.
115,4 "ídolos": el mismo término escoge Is 46,1; 48,5; de los mismos materiales nobles: Os 4,17; 8,4.
115,5-7 Es claro que el autor ha buscado el número siete. Falta el gusto y con él el comer, tema del episodio burlesco de Dn 14,1-22. El último complementa al primero: labios y garganta. Véanse Jr 10,5; Is 46,1.7.
115,8 Dios hace al hombre a su imagen - el artífice hace una estatua a su imagen - el artista se vuelve semejante a su imagen. Con el término "vanidad" lo dice Jr 2,5. Véase el desarrollo de Sab 15.
115,9-11 De los tres grupos interpelados, el primero es el antiguo y nuevo nombre de la comunidad histórica, el segundo engloba a los sacerdotes como supuestos descendientes de Aarón, el tercero es designación corriente de la comunidad. "Confiar" expresa una relación radical, casi equivalente a fe; entra en concurrencia con otras confianzas en valores humanos.
115,12-13 Al triple acto de confianza responde la triple bendición de Dios, en forma suplicatoria. "Pequeños y grandes": sirve para completar un paralelismo. Pero puede recordarnos relatos patriarcales en que sólo el mayor = grande recibe la bendición (Gn 27); o el menor se lleva la bendición preferente (Gn 48). El salmo no hace distinción.
115,14 Fecundidad, efecto de la bendición divina: Dt 1,11; cfr. 1 Cr 21,3.
115,15 Bendición eficaz del que con su palabra hizo el universo.
115,16 El Señor se reserva el cielo como morada y no lo comparte con otras divinidades. El Salmo abarca a toda la tierra y toda la humanidad.
115,17 ¿Qué atrae a este lugar el recuerdo de los muertos? Quizá la coyuntura histórica, la matanza en la destrucción de Jerusalén: cfr. Bar 2,18. O bien, porque la región subterránea completa la articulación de cielo y tierra: véase Sal 88.
115,18 "Nosotros" designa a la comunidad presente e incluye a los descendientes. Si alabamos, estamos vivos; si estamos vivos, es para alabar.

Trasposición cristiana.
 La idolatría adopta hoy otras formas: ídolos seculares, ídolos mentales (véase el comentario de Sal 82). También la Iglesia recibe ahora la tierra como tarea
compartida con los hombres. Según aparece en Ef 1, el Padre nos colma de toda clase de bendiciones.

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