(Sal 2;
45; 89)
1Oráculo
del Señor a mi señor;
«Siéntate
a mi derecha
hasta
que haga de tus enemigos
escabel de tus pies».
escabel de tus pies».
2EI
Señor extenderá desde Sión
el poder de tu cetro.
el poder de tu cetro.
Somete
en la batalla a tus enemigos.
3Tu
ejército es de voluntarios
el día de la movilización.
el día de la movilización.
Una
majestad sagrada
llevas
desde el seno materno.
de la aurora, un rocío de juventud.
de la aurora, un rocío de juventud.
4EI
Señor lo ha jurado
y no se arrepiente:
y no se arrepiente:
«Tú eres
sacerdote eterno
según
el rito de Melquisedec.
5EI
Señor a tu derecha, el día de su ira
quebrantará a reyes;
quebrantará a reyes;
6juzgará
a los paganos,
amontonará
cadáveres,
quebrantará
cráneos
sobre
la ancha tierra.
7En el
camino beberá del torrente
y así levantará la cabeza.
y así levantará la cabeza.
110
Género y situación. He aquí un
salmo tan citado en el NT y frecuentado en la liturgia como arduo de explicar
en su sentido original. Como salmo real, hace compañía a 2, 20-21, 45, 72 Y
132. Recoge dos competencias del rey: administrar la justicia (Sal 45 y 72),
luchar en la guerra (Sal 2 y 20-21). Algunos suponen
que se pronunciaba en una ceremonia de entronización, celebrada en el templo o
en palacio. De oráculos para el rey o sobre el rey nos consta (1 Re 3; Is 7; 9;
11; Jr 21-22); de la ceremonia litúrgica no nos consta. El salmo añade un dato
que, en vez de aclarar, complica la explicación: el sacerdocio.
Rey y sacerdote. Gobierno y
guerra encajan naturalmente en la profesión real; ¿cómo entra el sacerdocio? Se
han propuesto tres explicaciones: el reyes también sacerdote, el sacerdote
gobierna en vez del rey, son dos figuras coexistentes.
a) El
reyes también sacerdote. Así era Melquisedec (Gn 14): al conquistar Jerusalén,
el rey de Israel hereda las dos dignidades. David ofrecía sacrificios: 2 Sm 6;
24,25;
también sus hijos, 2 Sm 8,18; Salomón añadió la bendición, 1 Re 8. Sobre las conquistas de David y su dominio sobre reyes vasalIos informa 2 Sm 8,5-15.
también sus hijos, 2 Sm 8,18; Salomón añadió la bendición, 1 Re 8. Sobre las conquistas de David y su dominio sobre reyes vasalIos informa 2 Sm 8,5-15.
b) El
sumo sacerdote era la suprema autoridad para los asuntos internos bajo el dominio
persa, cuando los judíos no tenían rey. No parece que fuera una época belicosa,
aunque subsistieran sueños de independencia bajo un nuevo David: Am 9,11 s.
Antes de la persecución de Antíoco Epífanes (175-163), el salmo intentaría legitimar
la autoridad del sumo sacerdote. Quizá, según algunos, el Simón de Eclo 50; pero
el salmo le viene muy ancho. Terminada felizmente la rebelión macabaica, otro
Simón concentró los poderes de comandante supremo, sumo sacerdote y gobernador
con poderes absolutos: 1 Mac 14,5-13. Pero el estilo hebreo no parece
corresponder a dicha época.
c) Los
dos poderes: están atestiguados en 2 Cr 26,16,18 Y por Zacarías. El salmo tiene
dos introducciones: para un oráculo y para un juramento. El oráculo lo
pronunciaría el sacerdote dirigIéndose al rey, el juramento, el rey dirigIéndose
al sacerdote; digamos David y Sadoc. Solución más ingeniosa que sólida. Se
pueden añadir otras dos hipótesis.
d) Que
el salmo fuera pieza de repertorio; en tal caso, no explica el solemne título
sacerdotal.
e) Que
el salmo fuera mesiánico en su origen, con la visión de un Mesías que
concentrara los dos títulos. A las dificultades expuestas se añade la de un
texto muy dudoso y debatido.
Composición.
Introducción y
oráculo pronunciado por Yhwh (1), comentario de un liturgo sobre el
poder militar y político (2-3); nueva introducción y juramento de Yhwh en
primera persona (4), comentario del liturgo sobre el poder militar. Resulta que
la promesa de sacerdocio queda en el centro sin comentario. Ambos comentarios
se dirigen en segunda persona al personaje real. Sobresalen algunas correspondencias:
"sentado en el trono" y "de camino"; "desde Sión y la
ancha tierra", el rey a la diestra y el Señor a la diestra.
110,1
La "diestra" es el puesto de honor: véase Sal 80,18. El
"escabel" donde el rey apoyaba los pies llevaba a veces pintadas o en
relieve figuras de extranjeros sometidos: compárese con Jos 10,24; 1 Re 5,17.
110,2
En Sal 45,6 el cetro es recto, aquí es "poderoso". Sión es la capital
del reino o del pequeño imperio.
110,3
Este verso enigmático ha suscitado interpretaciones variadas y divergentes. Las
reduzco a dos grupos: militar y de entronización. a) 'am = ejército, nedabot
= voluntarios (Jue 5,2.9), yom hel = día de (movilizar) la tropa, hadar
qodesh = majestad sacra; como prenda de consagración y don de valentía
militar, recibe el rey la bendición celeste en forma de rocío matutino,
"auroral" (Ecl 11,12), como frescura de "adolescencia". b) 'mk
ndbwt « tu familia (es) de nobles, ywm hllk (corregido) = cuando
naciste, hdr (corregido) qdsh = atrio sagrado, yldtyk = te
engendré, mshr = antes de la aurora. La primera explicación tiene
carácter militar, la segunda evoca algo trascendente y misterioso. Doy la versión
de la Vulgata, que depende de la griega (LXX): "Tecum principium in die
virtutis tuae, in splendoribus sanctorum; ex utero ante luciferum genui te".
110,4 "No
se arrepiente": es decir, irrevocable. El episodio de Gn 14 es enigmático
en su intención, aunque claro en el relato.
110,5-6
Considero más probable que el sujeto sea el rey, apoyado por el Señor. El "juzgar"
a los pueblos puede ser la función de la batalla (Sal 76) o de dominio tras la
victoria. La visión violenta y complacida de la guerra se puede ilustrar con
textos bíblicos y extrabíblicos: Sal 18,38-43; 21,9-11; Hab 3, 12-14; Is
63,1-6.
110,7
La referencia del texto es dudosa: ¿se trata de un rito?, ¿es un torrente real?
En visión realista parafraseo: el soldado en campaña está sediento y
desfallecido; tropieza con un torrente, bebe y alza la cabeza fortalecido; o
derrota al enemigo y alza la cabeza como vencedor.
Trasposición
cristiana.
Es curioso
que un salmo tan militarista sea uno de los preferidos del NT. Ha sido
necesaria una doble operación: seleccionar un par de versos, según la versión
griega, y cambiar la identificación de los enemigos. V.1: Mt22,41-46par; Mt26,64; Mc 16,19; Hch
2,34s; 1 Cor 15,25s; Ef 1,20; 1 Pe 3,22. V. 4: comentario en Heb 5,6.10; 6,10; 7.
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