1Ved
qué bueno es, qué grato
convivir
los hermanos unidos.
2Como ungüento precioso en la cabeza,
que va bajando hasta la barba,
2Como ungüento precioso en la cabeza,
que va bajando hasta la barba,
la barba
de Aarón, que va bajando,
hasta la franja de su vestidura.
hasta la franja de su vestidura.
3Como
rocío del Hermón que va bajando
sobre el monte Sión.
sobre el monte Sión.
Porque
allí manda el Señor la bendición:
vida para siempre.
vida para siempre.
133
Suena como una bienaventuranza. Enuncia el hecho valioso, lo ilustra con dos comparaciones,
lo razona con un argumento teológico. "Hermanos" pueden ser muchos, desde
Caín y Abel hasta Absalón y Amnón; pueden ser los dos reinos divididos, o samaritanos
y judíos en tiempo de Nehemías. Para todos los casos vale el salmo. Con todo, el
análisis gana distinguiendo el plano familiar del nacional.
Dos
imágenes intentan
describir o sugerir un sentimiento que no tiene perfil ni contorno precisos. Es
algo envolvente y penetrante, como una atmósfera. a) El aroma es así: nos
envuelva y nos penetra al respirar profundamente. b) La frescura del rocío es así:
la humedad está suspendida y nos penetra por los poros. Así es la hermandad de una
gran familia. Ahora de la familia hay que pasar a la comunidad nacional. a) El
aroma es el del aceite aromático con que ungen al sumo sacerdote (Ex 30,22-33).
b) El rocío es el abundantísimo de la montaña, que hoy desciende sobre la
explanada del templo.
133,1
Comienza con una exclamación de gusto sapiencial: Prov 15,23b; Eclo 24,25s.
133,2
Las repeticiones crean un ritmo en contrapunto con el ritmo regular; insinúan
un movimiento lento. Bajo la franja o escote colgaba el pectoral con las doce piedras
alineadas que representaban a las tribus.
133,3b
Explica las imágenes. En el templo, a la comunidad de hermanos unidos, el Señor
envía su bendición, bendición que es vida, vida que es perdurable.
Trasposición
cristiana.
Hermanos
es el título con que distingue Pablo a los cristianos; por eso condena las
discordias: 1 Cor 1,11; 6,5s. También pervive en el NT el simbolismo
del aroma: Jn 12; 2 Cor 2,14s.
del aroma: Jn 12; 2 Cor 2,14s.
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