sábado, 5 de mayo de 2012

SALMO 130 (129).


1Desde lo hondo te grito, Señor,
dueño mío, escucha mi voz.
2Estén tus oídos atentos
a mi petición de gracia.
3Si llevas cuenta, Señor, de los delitos,
dueño mío, ¿quién resistirá?
4Pero el perdón es cosa tuya
y así te haces respetar.
5Aguardo al Señor, lo aguarda mi alma,
esperando su palabra;
6mi alma a mi dueño,
más que el centinela a la aurora.
7Espera Israel en el Señor,
como el centinela a la aurora,
que la misericordia es cosa del Señor
y es generoso redimiendo.
8ÉI redimirá a Israel
de todos sus delitos.

130 Género y estilo. Petición de perdón personal, que se abre a la esperanza colectiva. Es uno de los siete salmos penitenciales: 6, 12, 38, 51, 102, 130, 143. No concreta ni el pecado ni el castigo. El recurso típico del salmo es el encadenamiento: se repiten palabras o frases a manera de ecos, de resonancias. Se puede ensayar una ejecución dialogal.
Son temas correlativos el aguardar y el perdón. Primero es Dios quien vigila, atento a cualquier infracción: léase Job 7,19s; 13,27. El hombre, al contrario, vigila y aguarda la llegada de un Dios liberador: como se aguarda la aurora, que es hora de relevo, tiempo clásico de gracia. El perdón supone en el hombre el pecado; aquí son "los delitos" y la "hondura", que para los hebreos era realidad negativa. Supone en Dios actitud y actos: misericordia, perdón, redención; como algo propio de él, que le toca a él.
130,1 Lo hondo es lo incomprensible, impenetrable, inescrutable. Para el orante una situación trágica, o su conciencia de pecado, ¿o su condición humana? Lo contrario de los montes de Sal 121 y 125. Sola la voz puede alzarse de la hondura y, por condescendencia divina, alcanzar a Dios.
130,2 La petición se lee en textos tardíos: 2 Cr 6,40; 7,15.
130,3 "¿Quién subsistirá?" es pregunta retórica, de respuesta negativa. Es probable que el orante generalice dentro de su contexto nacional; pero la frase puede ampliar su radio hasta abarcar a todo hombre: cfr. Job 14,4. El pecado corroe la consistencia humana.
130,4 Es competencia tuya exclusiva. Solo el soberano o la parte inocente puede concederlo. Porque el hombre pecador depende totalmente de Dios para el perdón (Sal 65,4), debe "respetar" a Dios con humilde "reverencia" .
130,5 Como se reserva el derecho, se reserva el tiempo, y al hombre toca esperar, aguardar.
130,7 “Misericordia” hace eco al “perdón” del v.4. “Redención”: en sentido estricto equivale a rescate; en sentido amplio, a liberación.
130,8 Este es el único caso en que la "redención" tiene como objeto los "delitos".

Trasposición cristiana.
 Un buen comentario se puede leer en Rom 7. Heb 4,16 nos invita a acercarnos al ''tribunal de la gracia". Los antiguos contemplaban en la mañana la resurrección de Cristo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario