2iOh Dios, a librarme!
iDate prisa, Señor, en socorrerme!
4Retírense derrotados
los que se burlan: Ja, ja.
5Que te festejen y celebren
los que te buscan; los que aman tu salvaci6n digan siempre:
¡grande es el Dios!
¡Señor, no tardes!
70 Lo hemos leído como parte final del salmo 40. El salmo es como el desarrollo del grito germinal "¡socorro, deprisa!": por repetición de la prisa (6), por el uso de sinónimos de socorrer (5b.6b); el socorro implica un peligro (3). Se cuenta con la respuesta de Dios, que será debidamente celebrada (5).
iDate prisa, Señor, en socorrerme!
3Sufran una derrota ignominiosa
los que me persiguen a muerte,
retrocedan confundidos
los que desean mi daño. los que me persiguen a muerte,
retrocedan confundidos
4Retírense derrotados
los que se burlan: Ja, ja.
los que te buscan;
¡grande es el Dios!
6yo soy un pobre desgraciado,
¡Dios, date prisa por mí!
Tú eres mi auxilio y mi salvador, ¡Dios, date prisa por mí!
¡Señor, no tardes!
Trasposición cristiana.
Los Padres ponen este salmo en boca de Cristo, orando por la humanidad. Las burlas: Mt 27,42s; el "retroceder" en el huerto (Jn 18,6); se confiesa pobre porque "siendo rico se hizo pobre por nosotros" (2 Cor 8,9). El Padre se apresura a librarlo en la resurrección.
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