domingo, 4 de marzo de 2012

SALMO 71 (70)

1A ti, Señor, me acojo:
que no fracase yo para siempre.
2Por tu justicia líbrame y ponme a salvo,
préstame oído y sálvame.

3Sé tú mi roca de morada, siempre accesible,
pues mandaste salvarme.

Mi peña y mi alcázar eres tú.
4Dios mío, líbrame de la mano perversa,
del puño criminal y violento;

5porque tú, mi Señor, fuiste mi esperanza
y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
6Nada más nacer me apoyaba en ti,

del vientre materno tú me sacaste.
Para ti mi alabanza continua.
7Muchos me miraban como un prodigio,
porque tú eres mi fuerte refugio.
8Llena está mi boca de tu alabanza

y de tu elogio todo el día.

9No me rechaces ahora en la vejez,
cuando me faltan las fuerzas, no me abandones,
10pues mis enemigos hablan de mí,


los que acechan mi vida celebran consejo
11diciendo: Dios lo ha abandonado:
perseguidlo, agarrad lo, que nadie lo defiende.
l2Oh Dios, no te quedes lejos,

Dios mío, apresúrate a socorrerme.
13Que fracasen y se acaben
los que atentan contra mi vida;
queden cubiertos de oprobio y vergüenza
los que buscan mi daño.


14Yo en cambio aguardo continuamente
redoblando tus alabanzas.
15Mi boca explicará tu justicia
y tu salvación todo el día.
Aunque no soy experto en contar,
16con la fuerza del Señor entraré
para anunciar tu justicia, sólo tuya.


17Me enseñaste, Dios, desde la juventud
y hasta hoy relato tus maravillas.
18Ahora, en la vejez y las canas,
Dios, no me abandones,
hasta que anuncie tu brazo y tu fuerza
a la generación venidera,

19y tu justicia, Dios, que es sublime
y las hazañas que realizaste:

oh Dios, ¿quién como tú?

20Me hiciste pasar peligros,
muchos y graves;
de nuevo me harás revivir.
De las simas de la tierra
de nuevo me levantarás;
21acrecerás mi dignidad

y te volverás a consolarrne.
22Y yo te daré gracias con el arpa,
Dios mío, por tu fidelidad;
tañeré la cítara en tu honor,

Santo de Israel.
23Te aclamarán mis labios
y mi aliento que redimiste.
24y mi boca todo el día
meditará en tu justicia,
porque han fracasado afrentados
los que buscaban mi daño.



71 Es un salmo de súplica con mucho de himno de alabanza. Lo que sucede es que, en vez de concentrar alabanza y acción de gracias al final, las distribuye a lo largo del texto. Tomando como referencia la alabanza, es posible repartir el salmo en cuatro secciones. Petición (1-4), motivación (5-7), alaban za (8); petición (9), motivación (10s); petición (11-13), alabanza (14-16); narración, petición y promesa de alabanza (17-19); narración (20a), profesión de esperanza (20b-21), promesa de alabanza (22-24). La composición no es rigurosa.

Situación. Lo peculiar de este salmo es que está pronunciado por un anciano: algunos versos lo dicen expresamente, otros quedan afectados por el contexto. Este anciano repasa agradecido su vida, rebosa esperanza y siente que le queda una tarea. Se remonta al nacimiento, que no es territorio de la memoria; recuerda la adolescencia o juventud. De una manera global recuerda sus tribulaciones y peligros; y nos da una referencia tan fugaz como densa: "me instruiste".
Repasar la vida como un alumnado en la escuela de Dios es una gran confesión. Para este anciano la esperanza no es simple recuerdo de juventud, sino experiencia actual Más aún, tiene por delante una tarea. Siendo portador vivo de una tradición religiosa, tiene que trasmitirla a la nueva generación de los nietos (cfr. Prov 17,6). Este anciano no cultiva una nostalgia melancólica y paralizante.
El comienzo de este salmo tiene siete sentencias coincidentes con el comienzo del salmo 31. Sólo que el presente no habla de enfermedad, ni de soledad; los peligros son un recuerdo. En cambio, sí habla de hostilidad. Por las fórmulas empleadas, parece que no es una queja convencional.

71,1-8. El orante acumula títulos de Dios, tradicionales o modificados: roca accesible, peña y alcázar; y la terna refugio, esperanza y confianza. Empieza su oración copiando o evocando; su espiritualidad se ha formado en los salmos.
 71,1 Su vida hasta ahora no ha sido fracaso; pero si los enemigos lo privan de la etapa y tarea pendientes, una parte de su vida se habrá malogrado.

71,2 Con cuatro imperativos apela a la justicia de Dios, como víctima inocente ante el juez o el gobernante.
71,3 "Roca de morada" es paradójico; supone el cambio de una consonante respecto a 31,3. Pero, contando con Is 33,16, no intento armonizarlos.

71,5 El primer salto es a la juventud: uso frecuente: 1 Re 18,12; Jr 3,24s; Ez 4,14 etc. Puede ser el tiempo en que se independiza, escoge oficio, se desposa.
71,6 De la juventud salta al nacimiento. Ahora le consta que Dios estaba allí, casi como comadrona: Ex 22,10s. Es dudoso el significado de la palabra que traduzco por
"sacaste".


71,7 "Prodigio" o señal; se lee en contextos proféticos, como Is 8,18; 20,3; Ez 24, 20. 27. El anciano simboliza con su vida, sin ser profeta.
71,9-16 La segunda parte cede un espacio limitado a los enemigos: su actividad (10s) y su castigo (13). El resto es petición (9.12) y alabanza (14-16).

71,9 Que no le falte en la vejez, cuando es más necesario, lo que tuvo en la niñez. Que en la situación actual aceptada Dios no lo abandone.
71,10. "Acechan mi vida": lo tomo como uso anómalo de la expresión.

71,11 Quieren aprovecharse, no tanto de su debilidad, cuanto del supuesto abandono de Dios.

71,12 Reminiscencia de Sal 22,12.20; 35,22; 38,22; suponiendo que sea posterior.

71,13 "Se acaben": según el texto hebreo. Otros prefieren corregirlo según la fórmula normal "queden confundidos": Sal 35,4.

71,14 Es un aguardar sin pausa, un estar pendiente; pero sereno, por la alabanza que lo acompaña.
71,15b-16 Caben dos interpretaciones, que afectan al término sprwt y al vínculo sintáctico. a) En la línea de número, parafraseo: "me pasaré el día contando, porque para mí no tiene cuento. Entraré ... ": compárese con Sal 139,17s; Eclo 43,28.30. b) En la línea de instrucción, sea conocimiento de libros escritos, sea habilidad en el arte de contar (Eclo 38,24; 44,4); unido a lo que sigue como concesiva. Parafraseo: "aunque no entiendo de letras / no soy experto en narrar, con la fortaleza del Señor entraré ... ". En la segunda interpretación el orante confiesa no pertenecer al gremio de los doctos; pero "fortalecido" por Dios se atreve: cfr. Miq 3,8.

71,17-19 El anciano debilitado se fija en la ''fuerza'' de su Dios; una fuerza ordenada toda a la justicia, una justicia que supera toda dimensión humana. "¿Quién como tú?": Ex 15,11; Sal 35,10; 89,79.
71,20-21 Brevemente repasa las desgracias pasadas y la liberación pendiente y esperada. Dios es el sujeto único de los ocho verbos (varios auxiliares). Uno se refiere al pasado, cuando las tribulaciones eran parte de la instrucción divina. Siete miran al futuro próximo. Los contenidos son tres bienes: vida, dignidad y consuelo. Las "simas de la tierra" es expresión única: creo que en el salmo se refiere al reino de la muerte: véase Sal 30,2.

71,22-24 El orante responderá con una alabanza generosa y entusiasta. El procedimiento del paralelismo obliga a ciertas convenciones y crea una ilusión de pluralidad simultánea.

Trasposición cristiana.

Algunos Padres ponen el salmo en boca de Cristo, tomando vejez por debilidad. Retienen referencias al nacimiento, la instrucción celeste, las tribulaciones, la resurrección.

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