domingo, 18 de marzo de 2012

SALMO 80 (79)

(Sal 23; Is 5,1-7)

2Pastor de Israel, escucha;
tú que guías a José como a un rebaño;
en tu trono de querubines resplandece
3ante Efraín, Benjamín y Manasés.
Despierta tu valor y ven a salvamos.

4¡Oh Dios, restauramos,
alumbra tu rostro y nos salvaremos!

5Señor Dios de los Ejércitos,
¿hasta cuándo te envolverás en humo
mientras tu pueblo te suplica?
6Les diste a comer lágrimas,
a beber lágrimas a tragos.
7Nos entregaste a las contiendas
de nuestros vecinos
y nuestros enemigos se burlan de nosotros.
8¡Oh Dios de los Ejércitos, restáuranos,
alumbra tu rostro y nos salvaremos!
9Una vid extrajiste de Egipto,
expulsaste pueblos y la plantaste.
10Le preparaste el terreno, echó raíces 
y llenó el país.
11u sombra cubría montañas,
sus pámpanos, cedros altísimos.
12Extendió sus sarmientos hasta el mar
y sus brotes hasta el Río Grande.

13¿Por qué has abierto brecha en su cerca
para que la vendimien los viandantes,
14la pisoteen los jabalíes
y sea pasto de alimañas?
15Dios de los Ejércitos, vuélvete,
mira desde el cielo. Fíjate,
ven a inspeccionar tu viña,
16la cepa que plantó tu diestra,
(el esqueje que has hecho vigoroso).
17La han talado y le han prendido fuego:
por tu bramido van a perecer.
18Que tu mano proteja al varón de tu diestra,
al hombre que hiciste vigoroso.
19No nos alejaremos de ti;
danos vida e invocaremos tu nombre.
20¡Señor Dios de los ejércitos, restáuranos
alumbra tu rostro y nos salvaremos!

80 Súplica con los componentes del género y algunos peculiares. Genéricos: descripción de la desgracia presente en contraste con la dicha pasada, acción del enemigo; petición de auxilio para la comunidad, de castigo para el enemigo, promesa. Peculiares: el estribillo, el desarrollo alegórico, petición por el jefe, promesa de fidelidad y no de acción de gracias.
La situación es un desastre militar. ¿Cuál? Títulos emblemáticos e imágenes impiden una identificación convincente. Trabajamos por indicios. a) Saúl en guerra con los filisteos: no se mencionan Judá y Sión, el arca ''trono de querubines" (1 Sm 4,4). Saúl era benjaminita + ben yemini (1 Sm 9,1) = "de la diestra" (v. 18). En contra están las fronteras (11-12), que corresponden al gran reino de David (2 Sm 8,3); sólo que el reino unificado bajo David y Salomón no sufrió invasiones ni saqueos.
b) El reino del sur: cerca o ''tapia'' se dice metafóricamente de una muralla, en concreto de Jerusalén (Sal 89,41); el verbo shub = restaurar es típico de la vuelta del destierro. Ahora bien, para la invasión del 587 la descripción resulta inadecuada. Habría que subir a la invasión de Senaquerib en tiempo de Ezequías. c) De Saúl saltamos a las incursiones asirias en el reino septentrional y a la invasión final del 622. En esa ocasión componen en Judá el salmo 78, sobre el rechazo de
José y Efraín. Los del norte replican que Efraín, Benjamín y Manasés siguen siendo tribus elegidas, aunque el "varón de la diestra y vigoroso" se encuentre ahora en Judá.
d) Una variante: cuando está en curso la política de atracción de Josías, un judío compone este salmo rezando por la salvación e incorporación de las tribus septentrionales y aplica al rey davídico títulos del reino septentrional.

Como se ve, los indicios son dudosos. Es cierto que entre este salmo y el 78 se dan contactos sugestivos: excitó la ira (78,18), excite ahora su valor (80,3); en el desierto les dio de comer y beber (25), a nosotros lágrimas (6, cfr. Sal 42,4; 102,10); David apacentó con destreza (71 s), ahora se apacientan alimañas (14), Efraín se volvió atrás (57), ahora promete no volverse (19).
Dos imágenes: pastor y viña, que no casan. Pastor es el título de la invocación, que después no se desarrolla. La imagen de la viña es conocida: Is 5,1-7; 27,2-5; Jr 12,10. Para seguir el desarrollo en el salmo hay que imaginarse una parra. Bien apoyada, puede extenderse anchamente y ofrecer sombra con sus pámpanos. La fantasía del poeta se encarga de atribuirle dimensiones gigantescas: más alta que cedros y montañas, abarcando países de mar a río. La alegoría, desarrollada miembro a miembro, no sabe evitar incoherencias: jabalíes y alimañas mordisquean una parra más alta que cedros. En un paisaje dominado por la parra prodigiosa, contemplamos el "rostro iluminado" como la luz vivificante del sol.

El poema está jalonado por un estribillo repetido a intervalos irregulares. La imagen del rostro luminoso, radiante está presente en la fórmula litúrgica de bendición (Nm 6,25; Sal 67,2) y en las súplicas (Sal 31,17; 44,4; 89,16). Aquí el tema penetra en la invocación "resplandece" .
80,2-3 La terna de tribus es un dato fijo en Nm 2 y 26. José y Benjamín son los dos hijos de Raquel, Efraín y Manasés son los dos hijos de José adoptados como hijos por Jacob (Gn 48).

80,4 "Restáuranos": el verbo en hifil puede significar también "haznos volver" (¿del  destierro?), "conviértenos".
80,5 Pienso que este "humo" no es signo de cólera (Sal 74,1), sino elemento que vela la presencia de Dios: Is 6,4. Parafraseando: ilumina tu rostro, no te envuelvas en humo.

80,9 "Sacaste" es raro en hifil: Ex 15,22.
"Expulsar" es frecuente en contextos de ocupación de la tierra: Ex 23,28-31 ; Jos 24,12 etc.

80,11-12 La parra que ensombrece cedros equivale al triunfo de lo humilde sobre lo altanero: Is 2,13.
80,13 "Abrir brecha" o desportillar: Is 5,5.

80,14 "Alimañas": aquí y también en Sal 50,11.
80,15-16 Variación y ampliación del estribillo. La visita de inspección como en Sal 74,3. La frase de 16b es muy sospechosa; probablemente adición tomada de 18b.

80, 17b Aquí comienza la petición, primero contra el enemigo destructor.
80,18 Petición por el jefe, a quien no da el título de rey ni otro título acostumbrado. Es un "ser humano", colocado a la "diestra" de Dios -como "su brazo derecho"-, al que Dios "fortalece" para una empresa.

Trasposición cristiana.
El tema del rostro luminoso: Jesús es la manifestación del Padre (Jn 14,9), "reflejo de su gloria" (Heb 1,3), en "el rostro de Cristo brilla la gloria de Dios" (2 Cor
4,6). El "ser humano, hombre de tu diestra, a quien has fortalecido": es muy antigua le lectura mesiánica de ese verso, y puede apoyarse en Is 41,10 Y Sal 89,22. De ahí se pasa a la lectura eclesiológica: la Iglesia recita el salmo en tiempo de persecución.

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