domingo, 18 de marzo de 2012

SALMO 83 (82)

(Ez 28;Zac 14,1-3)

2¡Dios, no te estés callado,
no estés en silencio e inmóvil, oh Dios!
3Mira que tus enemigos se agitan
y los que te odian levantan cabeza.
4Traman planes contra tu pueblo
y se conjuran contra tus protegidos.
5Dicen: Vamos a aniquilarlos como nación,
que el nombre de Israel no se pronuncie más.
6Están de acuerdo en la conjura,
hacen liga contra ti:
7beduinos, idumeos, ismaelitas,
moabitas y agarenos,
8Biblos, Amón y Amalec,
filisteos y habitantes de Tiro;
9también Asiria se alió con ellos,
prestaron refuerzos a los hijos de Lot.

10Trátalos como a Madián, como a Sísara,
como a Yabín junto al torrente Quisón
11que fueron aniquilados en En-Dor*,
y sirvieron de estiércol para el campo.
12Trata a sus príncipes como a Oreb y Zeeb*,
a sus capitanes como a Zebá y Sal maná,
13que arengaban: Conquistemos
las vegas de Dios.

 14Dios mío, vuélvelos vilanos,
tamo frente al vendaval
15Como fuego que prende en la maleza,
como llamas que abrasan los montes,
16persíguelos así con tu tormenta,
desbarátalos con tu huracán.
17Cúbreles el rostro de ignominia
para que te busquen por tu nombre, Señor.
18Desconcertados y confundidos para siempre,
parezcan derrotados.
19y reconozcan que tu nombre es Señor,
sólo tú Soberano de toda la tierra.

83 El texto es explícito: el salmo es una súplica ante una amenaza bélica gravísima. Una alianza de naciones avanza contra el pueblo escogido, dispuesta a aniquilarlo y borrar su memoria. En cuanto a la situación histórica, pocos salmos ofrecen tantos datos para la identificación: diez nombres de pueblos o naciones, recuerdos del tiempo de los Jueces. También hablan los silencios: no se menciona Judá ni Jerusalén o Sión ni el templo, ni Babilonia ni Egipto. En la antigüedad no eran desconocidas las alianzas militares; pero muchas veces lo que actuaba era un ejército de mercenarios de diversos países, que guerrean por oficio o por deber de vasallaje o por esperanza de botín. Un ejército multinacional tiene algo de alianza militar.
Pues bien, la precisión de los nombres se vuelve contra la identificación histórica. Son diez, en orden geográfico caprichoso. En los libros proféticos encontramos series de oráculos contra naciones paganas. Siendo las colecciones secundarias, las agrupaciones son cronológicamente irreales. Baste citar: Is 13-23; Jr 25; 46-52; Ez 25-32; Am 1-2; Sof 2. Se podría añadir la lista de las conquistas de David: 2 Sm 8. El Salmo 83 se parece, en tamaño reducido, a las colecciones proféticas. Me inclino a considerarlo una composición artificial, utilizable en cualquier coyuntura bélica y que más tarde se leyó con proyección escatológica; como la alianza fantástica de Ez 38 o la de Judit.

Composición. Tras la invocación (2), un ki introduce la alianza y sus proyectos aniquiladores (3-5); otro ki introduce la lista de aliados (6-9). Sigue la imprecación, que avanza en tres olas: recuerda victorias del pasado (10-13), pide una teofanía destructora (14-16), invoca la derrota del enemigo y su reconocimiento forzado del Señor (17-19). En esquema: 2.3-9.10-18.19. Sobre el esquema se destacan algunas correspondencias interesantes.
Frente a la coalición gigantesca actúa Dios solo, el pueblo invoca y asiste. El drama se desarrolla en dos cuadros: al principio, agitación levantisca y planear concorde; al final desconcierto y derrota. Dos nombres ocupan dos polos: el de Israel, que debe ser cancelado, el de Yhwh, que será reconocido.
83,2 Silencio e inacción de Dios: Sal 28,1; 35,22; 39,13; 109,1. Lo que el orante siente como inacción de Dios es, visto por Dios, calma serena (cfr. Is 18,4).

83,3 Comienza la serie de posesivos "tuyo": los enemigos del pueblo lo son del Señor. La "agitación" tiene algo de marítimo: cfr. Is 17,12-14. "Levantar cabeza" en gesto de superioridad.
83,4 "Traman" con astucia. "Protegidos" o guardados como en un refugio: Sal 27,5; 31,5.21.

83,5 Frente a los diez nombres mencionados, el de Israel debe ser borrado de la memoria: Ex 17,14; Dt 9,14.
83,6 En el odio compartido se ponen de acuerdo.

83,9 "Asiría" es la potencia internacional. "Hijos de Lot": mención despectiva de amonitas y moabitas: Gn 19,30-38.
83,10 "Madián" es el enemigo en tiempo de Gedeón. Su figura es emblemática: Is 9,3. El recuerdo de Sísara y el Quisón está vivo en Jue 4-5.

83,11 "Como estiércol" o abono: 2 Re 9,37; Jr 8,12; 9,21 etc. Último destino ignominioso para un guerrero. * = Fuendor.
83,12 Cuatro jefes madianitas mencionados en el ciclo de Gedeón: Jue 7,25; 8,5-21. * = Cuervo y Lobo.

83,13 "Vegas de Dios": de su propiedad, sagradas. Otros lo toman como superlativo: ubérrimas.
83,14 La imprecación y el conjuro se consideraban armas eficaces contra un enemigo más poderoso: Nm 22,5. El pueblo invoca una teofanía que aplique la ley del talión contra los agresores. Las comparaciones son corrientes: Is 17,13; 40,24.

83,15-16 La comparación describe en forma concentrada el propagarse de un incendio en la espesura de los montes; así debe actuar la tormenta de Dios, persiguiendo y desbaratando como un incendio.
83,17 -18 En cinco términos sintetiza la vertiente objetiva de la derrota y la subjetiva de la vergüenza y confusión. "Buscar el nombre" es expresión extraña. Quizá debamos leerla a la luz del Sal 18,42: en el desconcierto de la derrota llegan a implorar al enemigo vencedor.

83,19 Soberanía de Yhwh sobre todo el mundo. "Reconocer" es fórmula favorita de Ezequiel: puede ser voluntario y gozoso o forzado y doloroso; véase Sab 12,17.

Trasposición cristiana.

Apoyado en los antecedentes de Ez 38-39 y Zac 14, el Apocalipsis trata el tema en clave escatológica: Ap 16,14; 10,13. Es en visión sintética la historia de la Iglesia perseguida y atacada por naciones hostiles, por regímenes anticristianos, invadida por sistemas contrarios. La Iglesia puede pedir el fracaso de regímenes y sistemas criminales; pero para las personas pide que "reconozcan" a Dios.

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