sábado, 14 de enero de 2012

SALMO 64 (63)

2Escucha, Dios, mi voz que se queja,
protege mi vida del
terribl
e enemigo;
3escó
ndeme de la conjura de los perversos

del tumulto de los malhechores,
4que afilan la lengua como un puñal
y asestan las flechas, palabras hirientes,
5para disparar a escondidas contra el inocente:
por sorpresa le disparan, sin temor.
6Aseguran el delito, proponen esconder trampas,
y dicen: ¿Quién lo verá?
7Traman crímenes, ocultan la trama tramada;
se corrompe por dentro su mente recóndita. 
 

8y Dios les dispara una flecha:
de pronto ya están mal heridos.
9Los ha hecho tropezar su lengua.
Los que asisten sacuden la cabeza
10y todo el mundo se atemoriza;
publican la acción de Dios
y meditan su intervención.
11El honrado festeja al Señor, se refugia en él,
y se glorían los corazones sinceros.
 
 

EXPLICACIÓN.

64 Es una súplica con todos los elementos típicos del género: el triángulo yo - enemigos - Dios; la confianza, implícita, la acción de gracias, prometida. El proceso de
peligro y liberación está estilizado en imagen de batalla: un ataque bien preparado y un contraataque fulminante, ante un público sobrecogido.
 

La táctica del ataque es ocultamiento y agresión; el contraataque sucede en el mismo terreno y con las mismas armas. Una serie de correspondencias verbales lo manifiestan. Es fácil anotar el vocabulario del ocultamiento y de la agresión.  

64,2 "Queja" o susurro, contrario del clamor; lo oculto frente a lo patente. "Terrible" porque infunde terror: el orante confiesa el miedo. 

64,3 La "conjura" es oculta, preparando el "tumulto"; diverso es el escondimiento medroso y confiado del orante.  

64,4 Sus armas: "puñal y flechas" son sus palabras: calumnia, difamación ... Sal 57, 5; 140,4; Jr 9,7.  

64,5 La repetición del verbo es intencionada. Apostados en escondites estratégicos, pueden actuar sin riesgo ni miedo, como en Sal 11 ,2.  

64,6 Saltándose la lógica del escondímiento, el poeta asiste al parlamento enemigo. La última pregunta alcanza hasta Dios: Sal 94,7; Job 24,15; Eclo 23,18.  

64,7 El primer hemistiquio triplica un término, que significa a la letra registrar, rebuscar (Prov 2,4). En el segundo hemistiquio, duplicando una B, leo el verbo corromperse.
El texto dice: "el interior del hombre, el corazón es recóndito" (cfr. Jr 17,12). 
 

64,8 La forma hebrea es muy eficaz. De repente, ya está Dios disparando una flecha y acertando.

64,9 Corrijo un texto difícil de acuerdo con otros semejantes.  

64,10 Quienes asisten al espectáculo, casi disfrutando de él, quedan sobrecogidos de temor reverencial y lo expresan sacudiendo la cabeza. De donde se pasa a la meditación y la proclamación sobre el sentido y el protagonista de los sucesos.  

64,11 El desenlace es individual y coral. Los festejos no son para el honrado, sino para Dios.  

Trasposición cristiana.

Los antiguos ponen el salmo en boca de Cristo en la pasión; en cuyo caso la intervención de Dios cambia de signo.

2 comentarios:

  1. quien habla en el salmo y a quien va dirigido

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    1. Más importante que lo diferencial es un factor común: los salmos son oración, fueron compuestos para ser rezados: ¿por quién?, ¿por quiénes? Con término técnico lo llamamos prosopología y apropiación.

      Lo primero es definir quién pronuncia el salmo en la intención original. Más aún, dentro de algunos salmos hablan diversos personajes, y hace falta identificar sus voces; p. ej. Sal 2; 27; 55. Pasa el tiempo y otros pronuncian el salmo en circunstancias nuevas, con otro horizonte mental. Y así sucede la transformación profunda, sin cambiar el texto, cuando los pronuncia Jesús, cuando los consigna a su Iglesia. Los antiguos distinguían; puede pronunciar un salmo Jesucristo como Dios, como hombre singular, como cabeza de la Iglesia. En la Iglesia se puede distinguir: la comunidad y el individuo, la terrestre y la celestial. Esto significa un cambio de horizonte que afecta profundamente al sentido.

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