sábado, 14 de enero de 2012

SALMO 62 (61)

2Sólo en Dios está el descanso, alma mía,
de él viene mi salvación.
3EI sólo es mi roca, mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré. 
 

4¿Hasta cuándo arremeteréis todos juntos
contra un hombre, para derribarlo
como a una pared que cede
o a una tapia ruinosa?
5Sólo piensan en derribarme de mi altura,
les agrada la mentira:
con la boca bendicen,
por dentro maldicen.  

6Sólo en Dios descansa, alma mía,
de él viene mi esperanza.
7ÉI sólo es mi roca, mi salvación,
mi alcázar; no vacilaré.
8En Dios está mi salvación y mi gloria,
mi roca firme, mi refugio está en Dios. 
 

9Vosotros confiad siempre en él,
desahogaos con él,
que él es nuestro refugio.
10Sólo un soplo son los plebeyos,
mentira son los nobles:
todos juntos en la balanza subirían
más livianos que un soplo. 
 

11No confiéis en la opresión,
no os hagáis ilusiones con el robo;
y si prospera vuestra fortuna,
no le deis el corazón.
12Una cosa ha dicho Dios,
dos cosas le he escuchado:
Que de Dios es el poder,
13que tuya, Señor, es la lealtad;
que tú pagarás a cada uno
según sus obras.

 Explicación.

62 Es una profesión de confianza en solo motivos y una invitación a otros. Se parece al salmo 4, del que difiere por el repertorio imaginativo. A primera vista tiene un desarrollo sacudido, por los cambios repentinos de persona, enunciando, interpelando, expresando. En una segunda lectura se aprecia la coherencia poética. De un diálogo interior arranca una interpelación a un grupo anónimo, justificada por una reflexión; se repite el proceso, pero la interpelación se dirige a otro grupo opuesto, al cual pertenece él; al final, el Dios referido en tercera persona invade como un tú la conciencia del orante, el cual pasa de su experiencia y reflexión humana a un mensaje profético.

Expuesto en una serie de imágenes, el poema tiene un tema metafísico: la contingencia del hombre, de su ser y obrar, y su punto de apoyo esencial. Cumbre roqueña, alcázar y refugio, muro y tapia, balanza y soplo. El poeta, aunque conoce otras mentiras que socavan el orden social (5), descubre en el hombre, sin distinción de clases sociales, una "mentira" radical (10): parece ser y no tiene consistencia. El hombre (cfr. Sal 39), la humanidad entera es "un soplo". Teme disiparse y busca lastre y puntos de apoyo.

Construye estructuras: "alturas" de dignidad o poder, muros que acogen y resguardan. Se apoya en la "opresión", haciendo de 105 demás plataforma en que afianzarse; se apoya en el "robo", en el despojo, sobre todo del desvalido. Se apoya en la riqueza, que va creciendo justa o injustamente. La última palabra del salmo es "sus obras": ¿quiere decir que el punto de apoyo son las obras?, ¿que el hombre, aunque no sea, se hace, es éticamente artífice de su destino? -Toca a Dios señalar el peso de cada uno, retribuirle el peso de sus acciones.

62,2 Seis versos comienzan con un 'ak enfático, que traduzco por "sólo".

62,4 Los verbos son selectos. Se puede imaginar en contexto ciudadano o bélico: una ciudad encumbrada cuyas murallas sufren las arremetidas de los arietes. Es una operación de conjunto.

62,5 "Mi altura": con leve corrección del hebreo. Es la altura del alcázar o de la posición social o política que ocupa. Con la mentira socavan su prestigio: Sal 55,22; Prov
26,23-26.

62,9 El paso a la exhortación transforma el singular "refugio mío" en plural, "refugio nuestro". "Desahogarse" es a la letra "derramar el corazón", como un recipiente colmado de sentimientos.

62,10 La comparación de balanza y soplo es más plástica e hiperbólica que en el salmo 39, pero no es pesimista: compárese con Is 40,15-17. Es posible que se repitiera el estribillo después de este verso.

62,11 "Hacerse ilusiones" es verbo denominativo de hebel = soplo: el hombre, vano por naturaleza, con el robo se envanece y se desvanece. "Prospera": no condena aquí una riqueza honesta, sino el basar en ella su confianza: Prov 11,28.

62,12-13 Con el artificio numérico da a entender que ahora no habla de oídas; con todo, el contenido no parece exigir una revelación formal.

Trasposición cristiana.

El tema de las riquezas resuena en el sermón de la montaña, Mt 6, también en 1 Tim 6,17 y Sant 4,13s; 5,1-6. Es frecuente el tema de la retribución: Mt 16,27; Rom 2,6; Ap 2,23.

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